El presidente Vladimir Putin firmó el 15 de octubre la ratificación del Acuerdo Intergubernamental de Cooperación Militar entre la Federación de Rusia y la República de Cuba, formalizando una nueva etapa en la colaboración de defensa entre ambos aliados históricos. Así lo publicó el sitio oficial de la presidencia rusa Kremlin.ru.
El acuerdo, suscrito en La Habana el 13 de marzo de 2025 y en Moscú el 19 de marzo de 2025, amplía la coordinación en entrenamiento militar, logística y tecnología de defensa. La Duma Rusa lo había ratificado semanas atrás, en medio de amplia cobertura mediática de la prensa rusa, con referencias positivas a la presencia de mercenarios cubanos en las filas del ejército ruso. El Kremlin confirmó su ratificación el 15 de octubre, subrayando el renovado interés ruso en fortalecer su presencia militar en el Caribe.
Sergey Mardan: amenazas nucleares y el vínculo con Cuba
Tras la ratificación, Sergey Mardan, un propagandista ruso y periodista vinculado al Estado, volvió a desatar polémica internacional al utilizar el nuevo pacto militar con Cuba como contexto para amenazar directamente a Estados Unidos y al expresidente Donald Trump.
Mardan, conductor de Radio Komsomolskaya Pravda, Solovyov LIVE y Vesti FM, es conocido por su retórica agresiva, justificación de la invasión a Ucrania y llamados a la violencia contra países vecinos. En sus redes sociales, ha negado la existencia de la identidad ucraniana y promovido un discurso de odio que le ha valido denuncias ante la Corte Penal Internacional (CPI) por incitación al odio y apología de crímenes de guerra.
En su mensaje más reciente, publicado en Telegram tras el anuncio del envío de misiles Tomahawk a Ucrania, Mardan escribió:
“Si los misiles que golpean profundamente en Rusia son controlados por estadounidenses, con la evidente aprobación de la Casa Blanca, entonces la situación es clara. Los estadounidenses, bajo la dirección del Pentágono y de Trump, están atacando a Rusia con armas norteamericanas. Las consecuencias son obvias. El vuelo del ‘Oreshnik’ desde una gran isla del Caribe hacia la residencia Mar-a-Lago en Florida dejará de parecer una fantasía.” El término “Oreshnik” hace referencia a un misil balístico de alcance medio y capacidad nuclear (IRBM) desarrollado por Rusia, que según Mardan podría ser lanzado desde el Caribe —una clara alusión a Cuba— como represalia ante el apoyo militar estadounidense a Ucrania.
Amenaza simbólica, pero estratégica
Analistas independientes interpretan los comentarios de Mardan como parte de una campaña de señalización nuclear del Kremlin, más orientada a la intimidación política que a una intención militar real. El portal de análisis Grok calificó sus declaraciones como “propaganda amenazante, no política oficial; retórica de escalada en medio del pulso entre EE. UU. y Rusia. No hay evidencia de invención, pero sí un claro propósito de intimidación nuclear.”
Sin embargo, el contexto en que surgen estas amenazas —la ratificación del acuerdo militar con Cuba— otorga a sus palabras una carga simbólica significativa, evocando la Crisis de los Misiles de 1962 y el regreso de la competencia militar entre Moscú y Washington a apenas 145 kilómetros de las costas estadounidenses.
El medio ucraniano United24 señaló que mientras el presidente Donald Trump impulsa acuerdos de paz en Medio Oriente, figuras del Kremlin como Mardan “vuelven a amenazar al propio Trump y a Estados Unidos con ataques nucleares”, lo que demuestra —según el análisis— que el discurso oficial ruso no busca la paz, sino mantener el conflicto. “El acuerdo de paz mediado por Trump en el Medio Oriente despertó esperanzas de poner fin a la guerra de Rusia contra Ucrania. Pero en lugar de diálogo, los rusos amenazan a Estados Unidos y al propio Trump”.
Esta retórica no es nueva en Rusia y en ocasiones proviene desde el Kremlin. Ya en el 1 de marzo de 2018, durante su mensaje anual ante la Asamblea Federal, Putin presentó por primera vez un video animado que mostraba misiles nucleares rusos dirigiéndose hacia Florida, en una simulación que acompañó la presentación de nuevas armas estratégicas como el Sarmat, el Avangard y el Poseidón. En aquella ocasión, Putin advirtió: “Nadie nos escuchó. Ahora tendrán que escucharnos.” La escena —un misil cruzando el Atlántico y apuntando hacia la península de Florida— fue interpretada como una amenaza simbólica directa a Estados Unidos, y marcó el inicio de una nueva era de propaganda militar rusa basada en la intimidación nuclear. Entonces el Tampa Bay Times se preguntaba en un artículo - ¿Por qué Putin apuntó a la bahía de Tampa? . El reciente pacto con Cuba y las declaraciones de propagandistas como Sergey Mardan parecen retomar exactamente ese mismo guion.
Más políticos rusos que han hablado del despliegue de misiles en Cuba
Las declaraciones de Mardan no son un hecho aislado, sino parte de una retórica que varios políticos rusos han venido utilizando en los últimos años para justificar o insinuar el posible regreso de armamento estratégico a Cuba.
El diputado Aleksey Zhuravlyov, líder del partido Rodina, fue uno de los primeros en sugerirlo. En enero de 2022, durante los primeros meses de la invasión rusa a Ucrania, propuso que Rusia colocara armas nucleares en Cuba y Venezuela como contrapeso al avance de la OTAN hacia las fronteras rusas.
De forma similar, Sergei Mironov, líder del partido A Rusia Justa y figura cercana al círculo de Putin, propuso en julio de 2024 restablecer un despliegue de misiles en Cuba semejante al de la Crisis de los Misiles de 1962, con el argumento de enviar una señal contundente a Washington frente al respaldo occidental a Ucrania.
Por su parte, los diputados comunistas Valery Rashkin y Sergei Obukhov enviaron años atrás una carta al presidente Putin y al ministro de Defensa ruso proponiendo reinstalar misiles en Cuba y reabrir el antiguo centro de espionaje electrónico de Lourdes, como respuesta a los sistemas antimisiles de EE. UU. en Europa y Asia.
Aunque estas propuestas no forman parte de una política oficial confirmada por el Kremlin, reflejan una estrategia discursiva de presión geopolítica que busca proyectar fuerza y recrear la imagen de un Moscú capaz de desafiar a Washington en su propio hemisferio.
acuerdo de cooperación militar entre Rusia y Cuba ...se ha convertido en un instrumento de propaganda geopolítica...
El acuerdo de cooperación militar entre Rusia y Cuba, ratificado oficialmente por Moscú, ya trasciende el ámbito técnico o diplomático. Se ha convertido en un instrumento de propaganda geopolítica. Voces como la de Sergey Mardan —y las de políticos como Zhuravlyov, Mironov, Rashkin u Obukhov— amplifican el simbolismo del pacto para amenazar, intimidar y reactivar los fantasmas de la Guerra Fría, en un momento en que Rusia enfrenta aislamiento internacional y busca mostrar poder ante Occidente. Y esas palabras de los propagandistas y políticos del Kremlin pueden tener un efecto tan desestabilizador como las armas que defienden.
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